A 32 años de su primera conmemoración, el lema de este año 2020 es «Solidaridad mundial, responsabilidad compartida»
Un día como hoy pero de 1988, se llevó a cabo la primera conmemoración del Día Mundial del Sida, convirtiéndose de esta forma en el primer día dedicado a la salud a nivel internacional. La importancia de esta conmemoración anual radica en que no sólo busca concientizar a la población sobre la epidemia del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y del síndrome asociado conocido como Sida, sino también darle protagonismo a las personas que viven con el virus y de recordar a aquellos que perdieron su vida por patologías asociadas al Sida.
Es una forma de visibilización, de brindar herramientas para desterrar el estigma y la discriminación, de exponer problemáticas y proponer soluciones, para luego concretarlas, y de comprometer a la toda la sociedad en la necesidad de trabajar en conjunto para sobrellevar la epidemia y lograr, en un futuro, la deseada erradicación.
El esfuerzo debe ser conjunto entre la ciencia, la industria, los Estados, las organizaciones civiles y los pueblos, donde las personas que viven con VIH deben tener un protagonismo indiscutido. Esto brinda un nuevo paradigma en la medicina moderna, donde siempre los profesionales de la salud tenían el foco puesto sobre las patologías de los “pacientes”. Hoy en día, se plantea humanizar la medicina, enfocar a la persona como un ser humano, sin que un virus la defina.
A través de los años, hubo distintos lemas para las conmemoraciones; pero en este 2020, ¿cúal es el escenario luego de 32 años de la primera conmemoración del Día Mundial del Sida?
Sida y VIH, cifras actuales (datos de la Organización Mundial de la Salud y del Ministerio de Salud de la Argentina)
A finales de 2019, se estimaba que 38 millones de personas vivían con VIH, de las cuales el 68% de los adultos y el 53% de los niños, niñas y adolescentes se encontraban bajo tratamiento antirretroviral (TARV). Se estima que el número de personas que reciben TARV es de aproximadamente 25 millones. En Argentina, según el boletín epidemiológico n°36 de diciembre 2019, se estima que 139 mil personas viven con el virus y el 17% desconoce su serología.
El 35% de las personas se diagnostica con una enfermedad marcadora de Sida, pero si bien la tasa de diagnóstico se mantiene estable, uno de los desafíos más importantes radica en identificar a aquellas personas que aún desconocen su estado serológico, como así también en aquellas que lo conocen pero no reciben tratamiento, ya que cuanto antes se realice el diagnóstico y se comience el tratamiento antirretroviral, mejores serán los resultados en cuanto a la calidad de vida de los individuos.
Por último, es necesario recalcar la importancia del acceso a los tratamientos, la atención integral y los controles de salud, con el objetivo de alcanzar la indetectabilidad. Ya hace un tiempo, pero más aún en los últimos dos años y con el impulso de los grupos de personas que viven con VIH, se lleva a la sociedad toda el mensaje “indetectable=intransmisible” como una política no sólo sanitaria por los beneficios que llevan a todos los partícipes del conjunto de la salud, sino también contra la discriminación. El mensaje es claro: si el virus permanece indetectable durante más de 6 meses en los análisis de sangre, la posibilidad de transmisión por vía sexual es cero.
Escenario 2020
El lema de la campaña de este año es “Solidaridad mundial, responsabilidad compartida”, donde se enfatiza todo lo que la pandemia de Covid-19 ha expuesto: las desigualdades, la necesidad de fortalecer el sistema de salud público, el acceso al tratamiento, la necesidad de una vacuna, la perspectiva de género con que debe abordarse la situación, etc.
Todo lo expuesto es esencial para el tratamiento de la problemática del Sida y VIH, ya que si bien se ha logrado mejorar la calidad de vida de las personas que viven con el virus, lejos estamos de controlar la epidemia o mejor aún, lograr la erradicación.
A lo largo de los años aumentó el nivel de empoderamiento de las personas sobre su propia salud, dándoles acceso a pruebas diagnósticas sin necesidad de orden médica. De todas formas, los esfuerzos deben continuar para brindar información, acceso al sistema de salud y al TARV una vez confirmada la infección por VIH.
Son indispensables el acceso a los métodos de prevención, tanto el preservativo masculino como femenino. También, a las drogas antirretrovirales para el tratamiento de profilaxis pre y post exposición. Otra prioridad es focalizar en la reducción del daño en personas que utilizan drogas endovenosas y en la transmisión vertical del VIH de madre a hijo al momento del parto y/o lactancia. Los esquemas del tratamiento deben enfocarse en cada situación, teniendo en cuenta características intrínsecas del virus como la resistencia a drogas, cómo así también el estilo de vida de las personas, identificando factores de riesgo, comorbilidades y coinfecciones con otros patógenos (virus de las hepatitis, sífilis, tuberculosis, etc.).
Es necesario, también, el acompañamiento con el cumplimiento de la ley de educación sexual integral, donde se enseñen prácticas sexuales seguras, dónde acudir en caso de necesitar información y la erradicación de cualquier discriminación por género y práctica sexual.
Autores de este artículo:
Alejandra Urioste, bioquímica. aurioste@fmed.uba.ar
Sergio Sciannameo. Farmacéutico. sergio.sciannameo@huesped.org.ar
Bibliografía:
–https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/hiv-aids
–https://www.unaids.org/es/World_AIDS_Day
–https://www.un.org/es/observances/world-aids-day
–https://www.huesped.org.ar/noticias/que-significa-indetectable-intransmisible/
-https://www.cdc.gov/hiv/risk/art/index.html
– Boletín sobre el VIH, sida, e ITS en la Argentina. N°36. Año XXII. Diciembre 2019. Secretaria de Gobierno de Salud, Ministerio de Salud y Desarrollo Social. República Argentina.